“Alicia se coló por la boca de la madriguera, sin pensar ni un solo instante en cómo podría salir de allí”. Lewis Carroll

sábado, 31 de marzo de 2012

 ENTREVISTA A ALICIA LA NECIA
EN RANCHO LAS VOCES


Comparto la entrevista que Consuelo Sáenz -brillante periodista, escritora y persona- sostuvo con Alicia La Necia durante su más reciente viaje a México. Da gusto responder este tipo de entrevistas... Gracias Consuelo, sólo GRACIAS... Fue un placer... Sólo cliquen sobre el link, aquí abajo, para acceder al texto... 

lunes, 19 de marzo de 2012

DÉCIMA NOVENA NECEDAD
"La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienen y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás..." Schopenhauer
La envidia es, en realidad, un halago... una alabanza... un cáncer que carcome la tranquilidad, el alma y el cuerpo del que la siente...
Ninguna puerta de amargados goznes detiene el paso de la caracola. En el camino hacia quiénsabedonde acechan a veces los espejismos con sus falsas aguas y las quimeras que maquillan con dulce voz las oscuras intenciones.  A veces los perros ladran cuando avanza el jinete sobre el lomo del caballo dejando algún destello de luz al paso. La misma historia de los molinos que se creen gigantes como si el mordisco fuera la cuna de la verdad. Pero el aullido es la señal de que la huella ha conseguido enamorar al polvo del camino. Sobre todo en el desierto donde los afectos se cuentan con los dedos de las manos y las acacias florecen por obra y gracia de una pluma perseguida por los necios fantasmas del andar. Ningún engaño mayor que el de los nombres derramados por la fuerza en el lugar donde reposan las estrellas. Ninguna historia más andante que la de la mano que aroma el tacto inflamado de los higos regados con el sudor de una caricia. Ningún pecado mayor ni más penado que ensortijar los dedos entre las crecidas palabras que desatan la sonrisa del trashumante buscador de frutos no nacidos de las malas artes. Las begonias esparcen su aroma sobre los cristales rotos para que el hechizo viaje entre renglones y despierte la imaginación eclipsando brujas y reyezuelos. Ningún perro de ardorosos rencores detendrá el rumor de las nubes disponiendo el vuelo. La mano está siempre alerta y dispuesta a dibujar con versos la ventana por donde pueda amanecer el sol para dispersar su magia sobre las alas, imberbes, de las mariposas. Alado cristal nacido del soplo inesperado del viento en una tarde de marzo. Otra vez marzo. Siempre marzo… marzo y sus calendáricas y puntuales profecías. Marzo y la llegada de las górgonas y sus disfraces hilvanados con el retorcido hilo del rencor. Viene marzo y todo está por escribirse. El frío amenaza con colarse por la cicatriz esculpida por la rabia y el viento sopla llevando el canto de las sirenas al bosque donde amarecen los sueños. Pero ahí está la pluma, y el cuaderno, y los pies que se alejan de la cabeza con mil bocas para guarecerse en los brazos del fauno que dicta las palabras. Y ahí está todo tan ahora lleno de nada para los canes y esa nada tan dispuesta a ser escrita por los que escuchan el canto azul de los gorriones entre las ramas… Esas palabras tan “aquí estoy, tómame, llévame, no me dejes ir… y sigue llenando de letras el vacío…”  Esa, esta pluma, que no se detiene ante ningún abismo de afilados y envidiosos colmillos… esta pluma que a veces quisiera haberse extraviado en el país de las maravillas para no ser rescatada por la necia necedad de seguir adivinando el por qué de ciertas piedras metiendo la astilla en la grieta del camino… Pero siempre hay gorriones que cantan anunciando el graznido de los cuervos… Y allá vamos… otra vez… y otra… y otra… y otra... corriendo detrás de la liebre con reloj en mano y el arenado andar en el bolsillo… ¡Así que a tragar niebla górgonas y reumáticos dragones! ¡Alicia nunca deja de correr!