“Alicia se coló por la boca de la madriguera, sin pensar ni un solo instante en cómo podría salir de allí”. Lewis Carroll

domingo, 19 de julio de 2009


UN SONETO POR AMOR A LOS MAESTROS

La reunión en la Casa de Lectura Condesa fue gratificante. Los asistentes -no muchos, pero sí muy interesados, participativos y atentos- fueron el disparador de recuerdos, travesuras infantiles y nostalgias de mi relación con los libros como objetos proporcionadores de placer y como tablas de naufragio. Entre otras cosas surgió el tema recurrente de la poesía clásica. Mi opinión se reduce a que no se puede, o al menos no se debe, escribir verso libre -que por otro lado no es tan libre como parece (Saúl Ibargoyen dice que es la libertad encadenada)- sin aprender a escribir -al menos por disciplina y respeto a los maestros cuya trayectoria no puede ser ignorada en pos de la modernidad y del progreso- una décima, un soneto, una copla o sin saber si un verso es octosílabo o endecasílabo o sin saber qué es una elipse, una hipérbole o un oxímoron. Yo tuve una excelente maestra de retórica y poesía clásica que fue Dolores Castro y mi primer libro de poesía incluyó algunas formas clásicas a modo de manifestar mi respeto por el lector, por los maestros del pasado que nunca se va del todo y de mostrar que, si hago verso libre es porque ya sé hacer lo que venía atrás. Dejo aquí un soneto que forma parte de este libro Habitar el tiempo para variarle un poco al asunto y que puedan leerlo quienes, el día de la reunión, me pedían un poema clásico que mi meningítica memoria no pudo recordar. Dicho sea de paso, es un poema que aún me gusta...


SONETO SIN DUEÑO


Ajeno oropel llegaste un día

en un barco turquesa y polvoriento,

¿por qué nunca zarpaste de mi puerto

si dulces provisiones prometía?


Te miraba y mi alma se rendía,

escuchando tus pasos de desierto,

pasos agua refugio del sediento,

comienzo de intangibles herejías.


Fuiste mar complaciente y perturbado,

ola que iba y venía por mis lugares

dejándome tan sólo lo salado.


Tu barco ya no ancla en estos lares,

el cielo gris te llora desgarrado y

mi ventana se pudre de pesares.



Angélica Santa Olaya D. R. ©
"Habitar el tiempo", Ed. Tintanueva, México, 2005.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que belleza de poema!!!
No soy asidua a esta web pero me GUSTA. Es un blog interesante y me gusta su diseno!
OHH quisiera ser bien NECIA como Alicia...Es brillante!!

Saludos desde la otra orilla del oceano.

LITZY.

LABERINTO ALADO dijo...

Gracias Litzy.

Eres bienvenida siempre.

Me alegra que mi palabra pueda cruzar océanos.

Un beso,

Alicia.

Anónimo dijo...

Bueno, no soy muy aficionado a los sonetos sin embargo este me gusta.

Jorge Manzanilla