“Alicia se coló por la boca de la madriguera, sin pensar ni un solo instante en cómo podría salir de allí”. Lewis Carroll

martes, 18 de mayo de 2010


BENEDETTI... HACE UN AÑO...

Hace un año recibíamos la noticia de la muerte de Mario Benedetti.  La lluvia de opiniones cayó por todos lados incluyendo, por supuesto Facebook.  Fue un alud; en contra y a favor.  Yo leía y me entristecía... Esa noche escribí una carta para mi amigo Fernando Reyes quien publicó un hermoso texto sobre el poeta uruguayo.  Este texto que hoy publico es mi respuesta a Fernando.  Una respuesta que debí publicar entonces... Lo hago ahora porque nunca es tarde... Porque para mí es necesario hoy... Porque se lo debo a Benedetti de quien mamé poesía siendo una adolescente y de quien aún saboreo algunos de sus poemas... Yo misma he dicho que no hay camino sin memoria y Benedetti forma parte de mi memoria histórico-poética.  Aquí va, pues... a un año de su muerte física...

"Hola Fer:  Sólo quería darte las gracias por tu texto de Benedetti.  Justo ayer, por la noche, miraba pasar frente a mis ojos el desfile de críticas, burlas, irónicos comentarios y condenas para los simples, cursis e iletrados escritores que gustaron de Benedetti.  He de confesar que me reconozco simple e iletrada y, más aún, cursi.  No, mejor así: CURSI.  Pero qué le voy a hacer, no puedo negar la cruz de mi parroquia.  No puedo negar tampoco que Benedetti me enganchó de joven y aún hoy, sabiendo que no es el preferido de la crema y nata de los letrados, como tampoco lo fue Sabines (quien también me gusta mucho).  Ayer se escuchó de todo, incluso un festejo por su muerte lo cual me parece que rebasó todo lo anterior.  Yo festejaría la muerte de Bush por ejemplo, pero no la de un escritor, humano escritor, que tuvo un inicio, un momento de lucidez, tal vez muchos otros de duda y algunos errados intentos así como otras tantas contradicciones.  Yo sólo puedo decir que escribo porque lo necesito y, como tú dices, voy a donde me llamen con mi inculta palabra para ver si alguien me escucha y, la verdad, quisiera ser escuchada como lo fueron Benedetti o Sabines. Por lo pronto, puedo decir, orgullosamente, que cuando presenté mi libro en Argentina hicieron falta sillas porque se lleno el salón y la gente estaba parada.  El embajador (la presentación fue en la Embajada) estaba sorprendido porque, dijo que las últimas presentaciones de libros que habían tenido lugar ahí mismo (de linajudos escritores de los cuales no mencionaré sus nombres jejeje...) no habían logrado reunir ni a diez personas.
 Es bueno saber que no se está solo en los objetivos y en los marginales gustos y posibilidades.  Saber que a algunos nos gusta el olor de las vacas que no son siempre las calificadas como sagradas. Y no es que me niegue a lo difícil o más elaborado, pero ¿cuál es la necesidad de siempre complicarse la existencia? A mí me gusta de todo. A veces necesito de los recovecos y los intríngulis para divertirme o entretenerme en descifrarlos o construirlos y a veces me llena una frase simple, pero sincera y bien dicha.  ¿Por qué no?  Digo yo...
 En fin... me entristece el linchamiento a ultranza y me desilusiona la soberbia que veo en algunos a los cuales aún no les ha sido dicha la última palabra; tanto como los arrepentidos comentarios que intentaban "corregir" lo dicho unos minutos antes -en un arranque de sentimentalismo y cursi humanidad- ante la palabra de un líder. Yo, por mi parte, seguiré escribiendo lo que mi necesidad me dicta aunque a veces me tachen de sentimentaloide y cursi como ya ha sucedido.  Alguien habrá, espero, que me quiera oír.  Porque en lo que leo y en lo que escribo manda, en primer lugar, MI CORAZÓN. Así de simple y de cursi soy y porque, además, el amor ocupa en mi vida un lugar muy importante.  Borges decía que si, al leer un libro, no puedes pasar de la página 20, era mejor dejarlo. Yo a veces hago eso, pero no por ello descalifico la validez de esa obra que a lo mejor puede llenar el vacio circunstancial o existencial de algún otro.  Pareciera que esto se trata de siempre estar poniendo barreras y fronteras delimitando y señalando al "otro": "Mi papá es más fuerte que el tuyo.  A mi mamá le salen mejor los tamales.  Yo tengo más canicas que tú." 
 A veces me pregunto para qué chingados estoy estudiando historia si a cada paso me encuentro con muros que, en lugar de unir esfuerzos, separan a la gente.  Y ya me voy porque ya me estoy encabronando."

"No te quedes inmóvil al borde del camino / no congeles el júbilo / no quieras con desgana / no te salves ahora / ni nunca... pero si te quedas inmóvil / al borde del camino / y te salvas /  entonces / no te quedes conmigo."   Mario Benedetti

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