BENEDETTI... HACE UN AÑO...
Hace un año recibíamos la noticia de la muerte de Mario Benedetti. La lluvia de opiniones cayó por todos lados incluyendo, por supuesto Facebook. Fue un alud; en contra y a favor. Yo leía y me entristecía... Esa noche escribí una carta para mi amigo Fernando Reyes quien publicó un hermoso texto sobre el poeta uruguayo. Este texto que hoy publico es mi respuesta a Fernando. Una respuesta que debí publicar entonces... Lo hago ahora porque nunca es tarde... Porque para mí es necesario hoy... Porque se lo debo a Benedetti de quien mamé poesía siendo una adolescente y de quien aún saboreo algunos de sus poemas... Yo misma he dicho que no hay camino sin memoria y Benedetti forma parte de mi memoria histórico-poética. Aquí va, pues... a un año de su muerte física...
"Hola
Fer: Sólo quería darte las gracias por
tu texto de Benedetti. Justo ayer, por la noche, miraba pasar frente a mis
ojos el desfile de críticas, burlas, irónicos comentarios y condenas para los
simples, cursis e iletrados escritores que gustaron de Benedetti. He de
confesar que me reconozco simple e iletrada y, más aún, cursi. No, mejor
así: CURSI. Pero qué le voy a hacer, no puedo negar la cruz de mi
parroquia. No puedo negar tampoco que Benedetti me enganchó de joven y
aún hoy, sabiendo que no es el preferido de la crema y nata de los letrados,
como tampoco lo fue Sabines (quien también me gusta mucho). Ayer se
escuchó de todo, incluso un festejo por su muerte lo cual me parece que rebasó
todo lo anterior. Yo festejaría la muerte de Bush por ejemplo, pero no la
de un escritor, humano escritor, que tuvo un inicio, un momento de lucidez, tal
vez muchos otros de duda y algunos errados intentos así como otras tantas
contradicciones. Yo sólo puedo decir que escribo porque lo necesito y,
como tú dices, voy a donde me llamen con mi inculta palabra para ver si alguien
me escucha y, la verdad, quisiera ser escuchada como lo fueron Benedetti o
Sabines. Por lo pronto, puedo decir, orgullosamente, que cuando presenté
mi libro en Argentina hicieron falta sillas porque se lleno el salón y la gente
estaba parada. El embajador (la presentación fue en la Embajada) estaba
sorprendido porque, dijo que las últimas presentaciones de libros que
habían tenido lugar ahí mismo (de linajudos escritores de los cuales no
mencionaré sus nombres jejeje...) no habían logrado reunir ni a diez personas.
Es
bueno saber que no se está solo en los objetivos y en los marginales gustos y
posibilidades. Saber que a algunos nos gusta el olor de las
vacas que no son siempre las calificadas como sagradas. Y no es que
me niegue a lo difícil o más elaborado, pero ¿cuál es la necesidad de siempre
complicarse la existencia? A mí me gusta de todo. A veces necesito de
los recovecos y los intríngulis para divertirme o entretenerme en
descifrarlos o construirlos y a veces me llena una frase simple, pero
sincera y bien dicha. ¿Por qué no? Digo yo...
En
fin... me entristece el linchamiento a ultranza y me desilusiona la
soberbia que veo en algunos a los cuales aún no les ha sido dicha la última
palabra; tanto como los arrepentidos comentarios que intentaban
"corregir" lo dicho unos minutos antes -en un arranque de
sentimentalismo y cursi humanidad- ante la palabra de un líder. Yo, por mi
parte, seguiré escribiendo lo que mi necesidad me dicta aunque
a veces me tachen de sentimentaloide y cursi como ya ha
sucedido. Alguien habrá, espero, que me quiera oír. Porque en
lo que leo y en lo que escribo manda, en primer lugar, MI CORAZÓN. Así de
simple y de cursi soy y porque, además, el amor ocupa en mi vida un lugar muy
importante. Borges decía que si, al leer un libro, no puedes pasar de la
página 20, era mejor dejarlo. Yo a veces hago eso, pero no por ello
descalifico la validez de esa obra que a lo mejor puede llenar el vacio
circunstancial o existencial de algún otro. Pareciera que esto se
trata de siempre estar poniendo barreras y fronteras delimitando y señalando al
"otro": "Mi papá es más fuerte que el tuyo. A mi
mamá le salen mejor los tamales. Yo tengo más canicas que tú."
A
veces me pregunto para qué chingados estoy estudiando historia si a cada paso
me encuentro con muros que, en lugar de unir esfuerzos, separan a la
gente. Y ya me voy porque ya me estoy encabronando."
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