“Alicia se coló por la boca de la madriguera, sin pensar ni un solo instante en cómo podría salir de allí”. Lewis Carroll

domingo, 19 de septiembre de 2010


ODA A MIS MITÓMANOS:

Acotación: el actor deberá gritar hasta que los otros actores lo escuchen o hasta que se le rompan las cuerdas vocales o hasta que muera en el escenario.

Preludio: llegado a este punto debo preguntarme ¿para qué o para quién escribo? Escribo para los demonios que traigo dentro para mis pasados amantes que ya nunca han de venir a cantar canciones por la noche a escuchar estas blasfemias a escuchar el run run de este corazón a mirar cómo se desangran mis manos en un suplicio en una condena en esta encrucijada.

¿De qué lado del espejo estoy, Alicia? ¿Es el laberinto esta ciudad que se desmorona o acaso lo es esa alma que traigo dentro, Ariadna? ¿De la luna soy, o del sol, Circe? ¿Soy el bien o soy el mal? ¿Soy el pasado o soy el futuro, Lilit? ¿Soy la verdad o soy la mentira?  Soy la verdad  Soy la mentira.

Primer acto: todos los días me levanto pensando este será un buen día este será un buen día y camino despacio cantando escuchando escribiendo este ritmo que me sigue que me atormenta que se estremece que lucha que me desafía que furioso sale como vómito del alma así sin pensarlo sin pausas sin metáforas trabajadas por días y días y noches y desvelos y agobios y temores y llanto de niño y grito de guerra.

Segundo acto: y al final de la tarde llego arrastrando los pies el alma esta maldita lágrima de coraje que no termina nunca de salir
no hace falta no no hace falta encender el televisor poner al máximo la radio abrir las mil y una hojas de un periódico basta con mirar a mi alrededor las noticias son las mismas de siempre.

Hoy este endemoniado huracán hijo de la madre tierra se ha vengado de estos sabios animales que alzan sus plegarias como coro de cerdos y no se dan cuenta realmente no se dan cuenta del tanto y tanto daño que le hemos causado a esta mujer que se retuerce de dolor y grita no me maten no me maten otra vez mueren los justos por pecadores otra vez no sé quiénes son los justos y quiénes los pecadores de nuevo caen los muros que separaban a esta mano de aquella otra de nuevo te odio hermano te odio porque eres blanco porque eres negro porque eres judío porque eres cristiano porque eres ciego porque eres vidente porque eres el rey porque eres el mendigo ese estúpido presidente que promete empleos y regala pobrezas a manos llenas se está burlando se está burlando lo sé lo veo lo entiendo yo también me estoy burlando en este altar en esta mierda este sindicato que promete igualdad y protección y me vende como si la peor de las putas yo soy la puta yo soy el que se vende yo soy el mejor de los postores yo soy la sangre que se derrama por las piernas de este castigo este minotauro que prometió un bastardo y me dejó encerrado para siempre en este laberinto de dudas no es insano acaso ser hija de una mujer que mantiene relaciones zoofílicas con un toro no es insano acaso ser hija de un presidente fascista no es insano acaso ser hermana de esa bestia innombrable que sigue viva qué más podías ser Ariadna viniendo de tan sana familia no eres la víctima eres la carnada pobre Ariadna estarás aún viva.

Tercer acto: yo soy la bestia que se flagela todas las noches escribiendo versos para recibir un pedazo de pan y un poco de vino yo soy hermanos el que grita no arrojéis tus perlas a los cerdos pero es que acaso no seré yo parte de esa piara que cae en el precipicio de la locura y soy el ciego que camina predicando la verdad aun cuando sé que todo esto es mentira.

Epílogo: ahora quiero que me veas a los ojos y me digas y me grites y me escupas que la ciudad está en llamas que yo he encendido la mecha que este presidente ya está muerto y yo soy la herida que esta mujer no muere más que Ariadna es un lamento que poco a poco se apaga para renacer en mi espejo en mi rostro en mis gestos en mis ojos en este llanto en este maldito llanto en esta hora quiero que me digas que yo soy el loco que soy el único enfermo el maldito mentiroso porque yo no veo porque yo no escucho porque hiedo a muerto porque la vida no me sabe porque ya no siento quiero que me grites que me grites que mi nombre rompa el viento que este canto no se acaba y este dolor no me mata.

Andrés Galindo D. R. ©
Septiembre 2010.

Fotografía: Angélica Santa Olaya D. R. ©
"Poesía concreta"

Gracias Andrés, por el diálogo, la amistad y la compañía en este gritar literario que a veces nos permite escuchar el susurro de nuestras propias mentiras.  Estamos en ambos lados del espejo amigo. Hoy aquí y mañana allá... lo preciso es mantener el corazón y el oido atentos.  Tal vez podamos transitar más fácilmente... Tal vez... Alicia...

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