“Alicia se coló por la boca de la madriguera, sin pensar ni un solo instante en cómo podría salir de allí”. Lewis Carroll

sábado, 5 de febrero de 2011

DÉCIMASEXTA NECEDAD

Para Guillermo Zubieta:
sólo sé que me duele la vida todos los días...

No es la muerte quien reina en el paraje. No son los morados tentáculos los que abrazan las piernas abiertas del mar en una tarde sin alas. La vida aúlla a los pies del amo que acaricia el turbio pelaje de agua que se escapa como rayo de luz en la penumbra.  Agua que va y viene buscando asir el globo insaciable de los sueños.  Una nota, un lamento… la última carcajada en el set. Ahí, de cara al público que no sabe si aplaudir o mentarle la madre al guionista.  El público amarrado a las butacas por un hilo de palabras ensalivadas por el colmillo de la sierpe.  El público de boca abierta y lágrima atorada entre las líneas de la duda.  Siempre hay dudas.  Aquí o allá, en el blanco o en el negro.  Por eso digo, una vez más, que toda noche trae su día de la mano.  Que cada luna germina su propio sol. Que un beso es la muerte que inocula veneno y antídoto en la misma mordida.  Sólo había que esperar el labio caliente del próximo sol al que ahora le arañas las mejillas hasta ver la sangre regada en ese muro de aire que hoy te guarda. Aire eres llevando los sueños al hombro como un patito feo que decidió irse de casa sin la motocicleta. Hay un nuevo camino por descubrir.  No. La vida no son jaleos por ver escrito nuestro nombre con letras de estaño en alguna pasarela; es tan sólo escucharlo, tibio y suave, en los labios de alguien que nos piensa. No. La muerte no es quien reina en el paraje ni es el mismo camino que parte nuestro pecho en cruz.  Es sólo que cambiamos de rumbo y de carril en busca del mismo y tan negado sueño… el “cursi” y malhadado sueño del amor… El que no sabe amar a otro que no sea él mismo no puede amar a los demás aunque su pregón de la vuelta al mundo en ochenta venturosos días.  Sigue tu camino, amigo, y encuentra el hilo negro No tan imposible de mirar. 

1 comentario:

LABERINTO ALADO dijo...

Arlette Drexler: La vida es imperfecta...pero es perfecto estar vivo...

Fran Nicolle Leon Riveros: Angélica, quisiera tener la certeza de que la muerte no es el fin, ni el despojo como la tienes tú. Te abrazo enormemente...

Angélica Santa Olaya: La única certeza que tengo, por el momento, es que la vida vale la pena... sin embargo, no deja de doler el desperdicio de tantas posibilidades... Gracias...