A todos los malditos rompedores de sueños...
No hay más necio
que el que no desea ver la sangre corriendo por las venas indefensas de los
caracoles… Ningún espejo más roto que aquel que ha regalado su reflejo al
tránsito de la oscuridad sin cortapisas… No tengo más que este cuerpo que se
arrastra y busca entre los abrojos alguna rama todavía crujiente… No tengo más
alma que esta que insiste en seguir el aroma de la savia en algún árbol de
cabeza aún erguida… Estoy lejos y mi canto quizá no llegue como debería a la
casa donde habita el sol… Quizá la distancia es, realmente, la única realidad
posible… Quizá no existen las veredas ni los caminos que se bifurcan y uno se
empeña en alcanzar los frágiles petalos de las acacias cuando las acacias son
sólo estrellas que fulguran de vez en cuando a kilómetros de distancia… Debo seguir caminando digo… pero las garras
sonrientes de las bestias asoman por entre las piedras torturando el sueño… Nada hay que hacer donde la voluntad ha
perdido el equilibrio… donde las ganas se convierten en estas cabezas que
inclinan la frente mientras el cinismo y la realeza se sientan en el trono dorado para ser abanicados por obedientes esclavos… Y no hay
más… más que lenguas bifurcadas que se abaten al calor de los aplausos y de las
risas grabadas… La vida a veces es un show difícil de tragar… difícil transitar
por los bordes agrietados sin ningún blindaje… A veces me canso de insistir en
lo que ni siquiera existe… A veces estas ganas de no levantar un dedo para
creer que el cielo puede volverse azul con tan sólo una mirada llenita de aves…
A veces sólo querer una sombra para descansar sin desear nada… sin soñar… sin
colorear peligrosas nubes infladas de sueños… Y sin embargo, el amor y las lágrimas rompiendo
el cristal del todoestátanbien… Y sin embargo, las rojas manos que insisten en
moldear una cajita donde por segundos se acurruquen las blanduras del caracol…
Dejar vivir a los muertos que no mueren
y seguir viviendo como si se estuviera vivo… como si no las trampas… como si no
el boicot… como si no el camino que a
veces se nos niega con una sonrisa en la boca… como si no el oscuro rostro del
destino disfrazado de Real-de-idad… como si no las garras, los colmillos, los
tropezados andares y las imposibilidades… como si no existiera la palabra No…