Después de los buenos momentos pasados en Sonora, engancharse de nuevo al ritmo de la escuela y la familia es un tanto difícil. Leímos poesía, compartimos los libros, la comida, la palabra, cantamos, bailamos, bebimos y echamos relajo hasta que nos cansamos; hasta que nos dolieron los pies; hasta que los cachetes repelaron de tanta risa. ¿No es así Vero, Christel, Mijail y Memo? Sin embargo, el tiempo continúa su marcha y hay que poner en orden lo que se dejó inconcluso y correr, correr... para alcanzar al tiempo en su imparable andar. No he podido sentarme con tranquilidad a bajar a la computadora las fotos del encuentro en Sonora. Espero poder hacerlo este fin de semana. Gracias Mara y Juan Manz.
Mientras tanto, comparto con ustedes la noticia de que mi poema Odisea a la orilla de un poema fue publicado en la revista PARTEAGUAS del Instituto Cultural de Aguascalientes número 14, año 4, otoño 2008. Gracias a Arlette Luévano y a los amigos de Aguascalientes por incluirme, una vez más, en esta hermosa revista (este número en especial quedó muy bello ¿o no?). Está a la venta en las librerías EDUCAL y sólo cuesta 30 pesos. A mi regreso de Sonora me encontré con este paquete conteniendo buenas nuevas y buenas letras (no lo digo por las mías... je, je, je..., pero me siento muy orgullosa de ser publicada en esta revista que tanto cuida el contenido y la forma de sus ediciones). Aquí un adelanto de este odiséico poema...
ODISEA A LA ORILLA DE UN POEMA
“Buscamos la poesía; buscamos la vida.
Y la vida está, estoy seguro, hecha de poesía”.
Jorge Luis Borges
Me aventuro silenciosa
y acaricio el filo de la página
con indecisos apéndices de humo,
mis nervios resucitan al abismo
atisbando la desnuda delgadez
del espacio entre renglones,
“Buscamos la poesía; buscamos la vida.
Y la vida está, estoy seguro, hecha de poesía”.
Jorge Luis Borges
Me aventuro silenciosa
y acaricio el filo de la página
con indecisos apéndices de humo,
mis nervios resucitan al abismo
atisbando la desnuda delgadez
del espacio entre renglones,
olisqueo,
casi a ciegas, casi profeta,
el acomodo de las comas insinuantes,
muerdo el papel con presta mandíbula
para saborear la sutil concisión
del sitio exacto donde pernoctan los puntos...
casi a ciegas, casi profeta,
el acomodo de las comas insinuantes,
muerdo el papel con presta mandíbula
para saborear la sutil concisión
del sitio exacto donde pernoctan los puntos...
la historia apenas comienza... para conocer el resto de la Odisea compren la revista, apoyen la cultura... Eviten el cáncer de una cajetilla de cigarros y aspiren el dulce y erótico olor de la palabra.