“Alicia se coló por la boca de la madriguera, sin pensar ni un solo instante en cómo podría salir de allí”. Lewis Carroll
miércoles, 29 de septiembre de 2010
AHI ESTAREMOS, NUEVAMENTE, TODOS REUNIDOS PARA CELEBRAR A SABINES
Alicia la Necia estará presente compartiendo necedades ... Gracias al amigo, poeta y editor, Jorge Contreras, antologador y organizador de esta antología y de todos los guateques subsecuentes... No dejen de ir... Se va a poner bueno... Leeremos poesía, estrecharemos manos, daremos abrazos gratuitos y luego lo que venga... asegún... y que siga la fiesta...!!!
Jueves 30, 17 hrs. en el Museo de la Ciudad de México,
Pino Suárez 30, Centro Histórico.
Todos a por la palabra... Todos a por Sabines... Todos a por el amor...
domingo, 19 de septiembre de 2010
ODA A MIS MITÓMANOS:
Acotación: el actor deberá gritar
hasta que los otros actores lo escuchen o hasta que se le rompan las
cuerdas vocales o hasta que muera en el escenario.
Preludio:
llegado a este punto debo preguntarme ¿para qué o para quién escribo? Escribo para los demonios que traigo dentro para mis pasados amantes que
ya nunca han de venir a cantar canciones por la noche a escuchar estas
blasfemias a escuchar el run run de este corazón a mirar cómo se
desangran mis manos en un suplicio en una condena en esta encrucijada.
¿De
qué lado del espejo estoy, Alicia? ¿Es el laberinto esta ciudad que se
desmorona o acaso lo es esa alma que traigo dentro, Ariadna? ¿De la luna
soy, o del sol, Circe? ¿Soy el bien o soy el mal? ¿Soy el pasado o soy
el futuro, Lilit? ¿Soy la verdad o soy la mentira? Soy la verdad Soy
la mentira.
Primer acto: todos los días me levanto
pensando este será un buen día este será un buen día y camino despacio
cantando escuchando escribiendo este ritmo que me sigue que me atormenta
que se estremece que lucha que me desafía que furioso sale como vómito
del alma así sin pensarlo sin pausas sin metáforas trabajadas por días y
días y noches y desvelos y agobios y temores y llanto de niño y grito
de guerra.
Segundo acto: y al final de la tarde llego
arrastrando los pies el alma esta maldita lágrima de coraje que no
termina nunca de salir
no hace falta no no hace falta encender el
televisor poner al máximo la radio abrir las mil y una hojas de un
periódico basta con mirar a mi alrededor las noticias son las mismas de
siempre.
Hoy este endemoniado huracán hijo de la madre
tierra se ha vengado de estos sabios animales que alzan sus plegarias
como coro de cerdos y no se dan cuenta realmente no se dan cuenta del
tanto y tanto daño que le hemos causado a esta mujer que se retuerce de
dolor y grita no me maten no me maten otra vez mueren los justos por
pecadores otra vez no sé quiénes son los justos y quiénes los pecadores
de nuevo caen los muros que separaban a esta mano de aquella otra de
nuevo te odio hermano te odio porque eres blanco porque eres negro
porque eres judío porque eres cristiano porque eres ciego porque eres
vidente porque eres el rey porque eres el mendigo ese estúpido
presidente que promete empleos y regala pobrezas a manos llenas se está
burlando se está burlando lo sé lo veo lo entiendo yo también me estoy
burlando en este altar en esta mierda este sindicato que promete
igualdad y protección y me vende como si la peor de las putas yo soy la
puta yo soy el que se vende yo soy el mejor de los postores yo soy la
sangre que se derrama por las piernas de este castigo este minotauro que
prometió un bastardo y me dejó encerrado para siempre en este laberinto
de dudas no es insano acaso ser hija de una mujer que mantiene
relaciones zoofílicas con un toro no es insano acaso ser hija de un
presidente fascista no es insano acaso ser hermana de esa bestia
innombrable que sigue viva qué más podías ser Ariadna viniendo de tan
sana familia no eres la víctima eres la carnada pobre Ariadna estarás
aún viva.
Tercer acto: yo soy la bestia que se flagela
todas las noches escribiendo versos para recibir un pedazo de pan y un
poco de vino yo soy hermanos el que grita no arrojéis tus perlas a los
cerdos pero es que acaso no seré yo parte de esa piara que cae en el
precipicio de la locura y soy el ciego que camina predicando la verdad
aun cuando sé que todo esto es mentira.
Epílogo: ahora
quiero que me veas a los ojos y me digas y me grites y me escupas que la
ciudad está en llamas que yo he encendido la mecha que este presidente
ya está muerto y yo soy la herida que esta mujer no muere más que
Ariadna es un lamento que poco a poco se apaga para renacer en mi espejo
en mi rostro en mis gestos en mis ojos en este llanto en este maldito
llanto en esta hora quiero que me digas que yo soy el loco que soy el
único enfermo el maldito mentiroso porque yo no veo porque yo no escucho
porque hiedo a muerto porque la vida no me sabe porque ya no siento
quiero que me grites que me grites que mi nombre rompa el viento que
este canto no se acaba y este dolor no me mata.
Gracias Andrés, por el diálogo, la amistad y la compañía en este gritar literario que a veces nos permite escuchar el susurro de nuestras propias mentiras. Estamos en ambos lados del espejo amigo. Hoy aquí y mañana allá... lo preciso es mantener el corazón y el oido atentos. Tal vez podamos transitar más fácilmente... Tal vez... Alicia...
Nada parecido a esta lluvia de
guadañas. A esta horda de gritos que se pierden en los muros de los
sordos. De los sordos cuerdos que no
escuchan a los locos. De los sordos felices
que comen flores pisoteadas por los cerdos.
Estoy cansada de gritar. Mi amigo
dice que es mejor susurrar y yo no puedo poner mis labios en el oído de la
bestia para que me escuche. La bestia es
todas las bestias. La que pronuncia un
discurso político y la que sonríe y te acaricia la mano mientras, por detrás,
pone sal en el quicio de tu puerta. Porque ni los zapatos brillantes, ni las obras altruistas, ni los títulos académicos, ni los
susurros son garantía de llevar lustrada la decencia. Porque hay bestias que se esconden bajo las
piedras para asomar la cabeza cuando menos te lo esperas. Porque les hace daño hasta lo que no comieron…
Y las mariposas… ay, las mariposas… son leves, pero frágiles… pero
atolondradas… pero confiadas… pero locas; las pobres locas que sueñan con
árboles y bosques talados de brujas y dragones… Nada parecido a esta jauría y a esta tormenta de mañanas… Nada parecido a esta tristeza que hoy me pisa los talones… Nada como
esta triste locura en la que, por no ser bestia, me quiero quedar… aunque mis aullidos
lastimen los delicados tímpanos de la luna… aunque con mi piel disfracen las bestias sus
escamas… No, hoy no tengo ganas de gritar… pero sé que mañana, por la magia de
un ángel que mastica begonias, volveré a volar y a posarme en las cenizas de
mis alas desde el útero de mi necia necedad… Y, sin embargo, soy la bestia...