“Alicia se coló por la boca de la madriguera, sin pensar ni un solo instante en cómo podría salir de allí”. Lewis Carroll

sábado, 19 de abril de 2008

DESNUDOS

Seamos honestos.
Tomemos pues el cincel
y labremos uno a uno
los mordiscos que hemos dado
sobre la piel de otros.

La obra, tal vez,
será laureada, tal vez no.


Tal vez los zopilotes
se hagan cargo del banquete
devorando la mierda que dicen que desprecian.

Tal vez otro se enamore
de la cuidadosa manera
en que tatuamos

el adolorido vientre del marfil.

Tal vez podamos
anudar las eclipsadas arterias
y arrojarlas al mar para los peces
antes de topar la piedra
donde se detiene en seco la sonrisa.

Entonces habrá que intentar
meter el cincel en otra membrana
y no preguntarse nunca más

cómo era la piel que laceramos
porque podríamos encontrar
el color de la propia ceniza.

Así que recordemos:

Pigmalión, inocente,
besó los tibios labios de Galatea
y ese fue su castigo.

Y Robinson Crusoe
muchacho inteligente

-según dicen-
llevó la cuenta de sus despertares

sólo para no olvidar que

sesenta monedas son sesenta monedas

y otros seis días de la semana
le quedaban aún por delante.

Angélica Santa Olaya D. R. ©
Abril, 2008.

Fotografía: Angélica Santa Olaya D. R. ©



No hay comentarios: