SÉPTIMA NECEDAD
No permitiré que las sombras acuñadas por el filo del tiempo se coronen dueñas del llanto de las caracolas. Ya no soy la de los pies pequeños y encallados. Calzaré los zapatos rojos para avanzar entre el hierbajo persiguiendo luciérnagas y tragando piedras ahí donde el sauce desmorona la casa de la hormiga. A veces me brotan girasoles en una mañana de pájaros ardientes y las ventanas abren sus alas para cobijarme el vuelo. Este espíritu no tiene dueño ni laud que marque el ritmo de su juglaresca partitura.
No permitiré que las sombras acuñadas por el filo del tiempo se coronen dueñas del llanto de las caracolas. Ya no soy la de los pies pequeños y encallados. Calzaré los zapatos rojos para avanzar entre el hierbajo persiguiendo luciérnagas y tragando piedras ahí donde el sauce desmorona la casa de la hormiga. A veces me brotan girasoles en una mañana de pájaros ardientes y las ventanas abren sus alas para cobijarme el vuelo. Este espíritu no tiene dueño ni laud que marque el ritmo de su juglaresca partitura.
1 comentario:
Profunda reflexion!!!
Publicar un comentario