Vino la muerte fría
de l’hondo del inframundo
con su mano de lejía
se asomó de lo profundo.
Con su olor a cempazúchil
fue aromando su camino
y llegó hasta Coyoacán
sólo pa’llar desatino.
¿Qué pasó con este tianguis?
¿Hasta acá llegó el mesías?
¿Quién los echó del templo?
¿Pos que venden herejías?
Estamos aquí luchando
por mercar nuestra cultura
pero hay unos que se empeñan
en desearnos sepultura.
Si la tradición es vana
y la cultura es sólo un nombre
¿’tonces a dónde van
las huellas que hacen los hombres?
Cultura no son paredes
ni palabras de campaña
son las manos de los hombres
y el trabajo en las mañanas.
Si algún hueso has de llevar
pos que sea el del ignorante.
No nos hemos de dejar
y seguimos pa’ delante…
de l’hondo del inframundo
con su mano de lejía
se asomó de lo profundo.
Con su olor a cempazúchil
fue aromando su camino
y llegó hasta Coyoacán
sólo pa’llar desatino.
¿Qué pasó con este tianguis?
¿Hasta acá llegó el mesías?
¿Quién los echó del templo?
¿Pos que venden herejías?
Estamos aquí luchando
por mercar nuestra cultura
pero hay unos que se empeñan
en desearnos sepultura.
Si la tradición es vana
y la cultura es sólo un nombre
¿’tonces a dónde van
las huellas que hacen los hombres?
Cultura no son paredes
ni palabras de campaña
son las manos de los hombres
y el trabajo en las mañanas.
Si algún hueso has de llevar
pos que sea el del ignorante.
No nos hemos de dejar
y seguimos pa’ delante…
Para los compañeros del tianguis de Coyoacán con quienes pasé el día de hoy conociendo las motivaciones y razones de la lucha por conservar su fuente de trabajo y el espacio que por tantos años nos ha brindado, a los visitantes, la oportunidad de convivir en la confluencia de la diversidad que se hermana entre los susurros del mercadeo y el regateo a la manera tradicional de nuestros ancestros en la Mesoamérica y la Nueva España. Porque no se trata nada más de intercambiar cosas materiales, sino de encontrarse en el tiempo y el espacio para trocar algo más que productos y dinero: maneras de ser, de pensar y de perpetuar y enriquecer la cultura que día a día se construye con las manos, el pensar y el actuar de todos.
Fotografía: Angélica Santa Olaya D. R. ©
2 comentarios:
"... que día a día se construye con las manos..."
Gostei muito — e não só do poema.
Um abraço
Oi Stefano,
Muito obrigada pelo comentário e pela visitacao. Volta sempre que quizer. Pronto subirei o conto da sereia. ¿Vocé se lembra?
Continuamos construindo o que se pode. Beijinhos,
Angélica.
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