EL RISUEÑO RUISEÑOR DEL SEÑOR RUIZ
Todos los días a primera hora, en el túnel del subterráneo aparecía
el amable señor Ruiz vestido impecablemente y correctamente peinado,
corriendo al trabajo, saludando a todos y llevando en una jaula a un
ruiseñor cuyo canto semejaba una alegre risa. ¡Qué risueño es el
ruiseñor del señor Ruiz!, todos gritaban al verlo. Los hombres lo
admiraban, las mujeres lo querían y los niños reían porque el grito
parecía un trabalenguas: ¡Qué risueño es el ruiseñor del señor Ruiz!.
Los días se suceden y sucede que un día un niño pequeño se confunde y
grita en ese túnel: ¡Qué risueño es el señor Ruiz del ruiseñor!… Todos
ríen, pero…
A partir del día siguiente aparecerá todos los días a primera hora en
ese túnel, un ruiseñor enfundado en un traje mal arreglado, con las
plumas de la cabeza en completo desorden corriendo y aleteando de manera
incontrolable y llevando en un ala, en una jaula, al señor Ruiz. Los
hombres le temen, las señoras le huyen corriendo, los niños lloran y el
señor Ruiz se aferra a los barrotes y grita y grita advertencias que
nadie puede escuchar pues lo único que se oye son las carcajadas del
ruiseñor que son tan macabras que hacen doler hasta los huesos de los
que por desgracia se encuentren cerca.
Felipe Huerta Hernández D. R.
Cuento ganador del Concurso 67 de LAS HISTORIAS de Alberto Chimal.
Imagen tomada de http://doloresgaribay.blogspot.com/2007/06/hombre-pequeito.html