“Alicia se coló por la boca de la madriguera, sin pensar ni un solo instante en cómo podría salir de allí”. Lewis Carroll

domingo, 30 de agosto de 2009

POSTAL DE COYOACÁN

1
Cuando extendí mi mano dije
tenemos que irnos ya:

el tiempo nos venía comiendo

los pasos entre las rocas
y anduvimos hurgando toda
la tarde
un desierto

pero en nuestros corazones

nunca dejó de llover.


2

Cuando extendí mi mano
aquella tarde
encerré el recuerdo de tiza
y horrible gente que alguna vez amé

y hubiera preferido no ver nunca

con los ojos del ciego

porque tuve que encerrar la llaga

dentro de la boca hasta que pudiera defenderme
contra el odio que yo misma preparo.

3

Y ese dia en que terminamos
tendidos
uno junto al otro

con los corazones tan secos

de tanta tormenta inútil

de tanta ventisca que sólo trae

nombres de brujas horribles:

Cada día que se va quedando entre los dos
nos va matando porque no nos mata.


4

Precipicio de hirvientes dagas

oleaje de trapecios solos
esta hija nuestra nos mira

y desde el abismo
nos extiende la mano.

Estephani Granda Lamadrid
D. R.
©

"Casa de Navajas"
Ed. Versodestierro, México, 2009.


Fotografía: Angélica Santa Olaya. D. R.
©

2 comentarios:

Leo Lobos dijo...

gracias por compartir un agrado leer la poesía de Estephani Granda, estos versos: un desierto
pero en nuestros corazones
nunca dejó de llover.

Me han tocado como la brisa del mar.

abrazo querida Angélica,

Leo Lobos

LABERINTO ALADO dijo...

De hecho la primera estrofa es mi preferida. Estephani comienza a andar el camino de la poesía y lo inicia con el pie derecho.
Fue un placer presentar su libro.

Besos para tí Leo querido,

Angélica