“Alicia se coló por la boca de la madriguera, sin pensar ni un solo instante en cómo podría salir de allí”. Lewis Carroll

miércoles, 10 de diciembre de 2008

OCTAVA NECEDAD

Para Marco

Ningún infierno tan suave como tus labios. Ningún cielo con el paso tan veloz. Todo puede suceder en el lecho de los condenados mientras encalamos los besos en la brea que escupen los ángeles sin alas. Insisto en maquillar con fango las mejillas porque al final de la caída nos espera un ejército de perfumadas sombras. Ningún poeta nos guía con la respuesta fulgurando entre los versos, pero siempre está la muerte esperando por nosotros con sus diez máscaras y la mano extendida para cruzar el río; lista para lanzarnos fuera del bote a medio camino. Los segundos son entonces caracoles dando la vuelta al mundo. Y al final de la novena puerta aguarda el soplo que espiga los cansados trazos; el aire necesario para clavar en mi lengua, una vez más, las d-olorosas espinas de tu nombre.

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