UN NUEVO AÑO EN MOVIMIENTO
Un nuevo año está por comenzar y lo primero que llega a mi cabeza es que hay tantas cosas por hacer... Bajar de peso (como siempre... jajajaja... ¿será que algún día pueda ganar esta batalla?); repetir la mastografía que quedó en debut y despedida hace cuatro años (mi pecho, estoy hablando literalmente, se encoge como tlaconete en sal sólo de pensarlo); demostrar al mundo académico que una poeta puede, también, pensar terrenalmente (que no es lo mismo que objetivamente. Por favor si alguien conoce a la señora Objetividad que me la presente antes de que me corran a patadas de la universidad); mantener la beca porque necesito pagar mis deudas (conservar la sonrisa a pesar de la crisis); mantener los ojos y todos los demás sentidos abiertos a lo que el mundo me tenga deparado en los próximos meses y pedirle a Dios que me ayude a escuchar lo escuchable, a ver lo visible, a probar lo probable, a sentir lo sentible y a entender lo entendible... a alejar de mí la peligrosa indolencia; continuar revisando los libros que tengo en proceso (incluyendo mi tesis por supuesto); no abandonar a mi madre literatura a pesar de mis pintas al mundo de la ciencia (que Dios me ampare y me proteja de los poderosos e indolentes que invaden todos los ámbitos); darme tiempo para hacerle piojito a la gente que amo; y, por supuesto, estar atenta para atrapar, de vez en cuando, a ese mosquito escurridizo y presumido al que apodan "felicidad". Pero, sobre todo, no olvidar que hay tantas cosas por hacer y no precisamente apoltronada en un mullido sillón.
Aquí un poema de Mario Benedetti que me recuerda que lo más importante de todo es continuar en movimiento. Esta es mi única certeza: Debo seguir EN MOVIMIENTO.
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
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