“Alicia se coló por la boca de la madriguera, sin pensar ni un solo instante en cómo podría salir de allí”. Lewis Carroll

martes, 4 de septiembre de 2007

ANGELINA

Para dos mariposas
y un colibrí negro

La incandescente mariposa
bate sus alas de negra espuma
sobre el hálito de la semilla.

Su carne sonríe
con un alarido nocturno
que burbujea
por encima del rotar de manecillas.

Alrededor de la jaula
unas manos se crispan
y otras se abren
para abrazar el vuelo
que ahuyenta el grito de la noche.


Angélica Santa Olaya D. R. ©
México, del libro inédito "Rumor de Arcilla", 2007.

2 comentarios:

Leo Lobos dijo...

saludos carissima amiga mis saludos y felicitaciones por este nuevo emprendimiento creativo y de comunicacìon mas alla de las fronteras...gracias por esta electricidad....

Leo Lobos

Crates dijo...

Te va bien la poesía...

me he sentido un poco mariposa, me he sentido un poco jaula y tal vez también una mano. Me han dado ganas de gritar o volar o anochecer.

Me has hecho pensar que debo escribir... tarde o temprano escribir.