ANGELINA
Para dos mariposas
y un colibrí negro
La incandescente mariposa
bate sus alas de negra espuma
sobre el hálito de la semilla.
Su carne sonríe
con un alarido nocturno
que burbujea
por encima del rotar de manecillas.
Alrededor de la jaula
unas manos se crispan
y otras se abren
para abrazar el vuelo
que ahuyenta el grito de la noche.
Angélica Santa Olaya D. R. ©
México, del libro inédito "Rumor de Arcilla", 2007.
2 comentarios:
saludos carissima amiga mis saludos y felicitaciones por este nuevo emprendimiento creativo y de comunicacìon mas alla de las fronteras...gracias por esta electricidad....
Leo Lobos
Te va bien la poesía...
me he sentido un poco mariposa, me he sentido un poco jaula y tal vez también una mano. Me han dado ganas de gritar o volar o anochecer.
Me has hecho pensar que debo escribir... tarde o temprano escribir.
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